viernes, 23 de diciembre de 2005

el qvark inquieto (II)


11 Agosto 2005 - 13.30
Kirkenes


"El viaje desde el aeropuerto de Kirkenes hasta el pueblo lo pasé mirando colinas con árboles bajitos y pelados, arbustos bajos y musgo, mucho musgo. Cuando llegamos a Kirkenes el minibús hizo una parada de un par de horas para recoger a más viajeros que iban también a Murmansk.

Y ahí estaba yo, sólo, en una plaza de un pueblo perdido en el círculo polar ártico. Me sentía libre. Era la sensación de estar lejos, muy lejos de todo lo que había conocido en mi vida hasta ese momento, la sensación de tener entera responsabilidad sobre uno mismo y por lo tanto de hacer lo que uno quisiera con su vida. Y lo que hice fue comprarme medio pollo asado calentito y comérmelo en un banco de la plaza.
"

Al leer esto después de lo que escribí ayer me he sentido un poco fuera de lugar.

Lo fácil aquí es pensar que en realidad vivo en un mundo de lujos, que puedo viajar lejos de vez en cuando, comprarme medio pollo caliente cuando quiera, hacer fotos, y en definitiva poder dedicar parte de mi tiempo y dinero a puro ocio. Pero tal vez no debería sentirme mal por poder disfrutar de todo esto. Si lo hiciese todos los días podría considerarse derrochador y poco ético, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta jamás podrían hacer lo mismo. Pero en el fondo creo que en el mundo hay recursos suficientes como para que todos pudiésemos permitirnos ese lujo alguna vez en la vida. Pero los recursos están tremendamente mal repartidos. Quiero creer que es así, que el estilo de vida que yo tengo no es derrochador pero tampoco austero, y que se puede hacer algo para que el mundo llegue en algún momento a ese equilibrio.

Lo que quiero decir es que no hace falta que hoy desayune una tostada con mantequilla en vez de un par de donuts sin boquete para solucionar el hambre en el mundo. Pero tampoco creo que necesite cenar hoy angulas (estas navidades el kilo se cotiza casi a 1.000€, más de 160.000 pesetas) para poder seguir viviendo mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

dancing around the world?

No sé, supongo que dependerá del momento, habrá veces en que mires hacia adelante, y veas que nuestro internet funciona a 1 mega y en Japón va a 80.
Otras veces, simplemente al calentar una taza de leche te des cuenta (realise - darse cuenta pero a través de un razonamiento, un clic entre neuronas) del gran avance que supone tener un microondas y los millones de personas que siguen calentando leche con fuego... si es que tienen suerte.

Sé feliz y ayuda a tu prójimo tanto como para no sentirte culpable.