viernes, 23 de septiembre de 2005

pequeño y grande a la vez


abejorro
Originally uploaded by qvark.
Cuando estoy estudiando, a veces (más veces de lo que me gustaría) no consigo concentrarme, y cualquier cosa me distrae. Parece que en esos momentos de agobio, cuando la tarea que tienes entre manos te desborda, es cuando las cosas más pequeñas que te rodean llaman tu atención. Si estoy paseando por la calle y una mosca se posa en la pared de al lado, probablemente no me de ni cuenta. Si estoy estudiando mirando fijamente los apuntes y a dos palmos se posa un bicho pequeño, pequeñísimo, tan pequeño que si lo toco con el dedo lo mato, es como si notara su aterrizaje y la mirada se me desvía al bichito.

Y ese bichito, ese robot diminuto de seis patas y dos antenas también está ahí, igual que yo. A él le tocó ser insecto diminuto, y a lo mejor sólo vivirá varios dias. Para vivir durante esos pocos días sólo necesita buscar comida y evitar telarañas, ranas y dedos humanos. A mí me tocó ser humano, y a lo mejor viviré unos 90 o 100 años. Para vivir durante este tiempo podría tambíen limitarme a buscar comida donde sea y evitar policías, choris y demás. Pero eso sería vivir como un insecto, no como un humano. A mí me ha tocado tener que estudiar y/o trabajar para poder vivir.

No esta tan mal después de todo. Los humanos somos mas grandes, fuertes y poderosos que el bichito que está en mi mesa. Y aunque sólo los que tenemos más suerte podemos decidir lo que queremos hacer con nuestra vida, todos los humanos podemos hacer lo que queramos con el resto de especies del planeta. Los seres humanos dominamos todo y a todos.

¿Y el bichito de la mesa? ¿Donde está? Estaba aquí... pero se ha ido volando. El bichito era vulnerable, podría parecer una estúpida máquina hecha para buscar comida y evitar ser comida. Pero no por eso es menos que yo. De hecho él había nacido con algo que los humanos siempre hemos deseado y desearemos tener: Un par de alas en la espalda.

domingo, 4 de septiembre de 2005

tengo ganas de volver

Más de un mes sin escribir nada. Y mil cosas de las que podría hablar. Películas, ideas, fotografías, gente, sitios... Este mes pasado he estado un tiempo muy lejos de casa, y eso da para mucho. Y al volver, entre el trabajo acumulado y los exámenes de septiembre, no me queda tiempo para mucho más. Pero esto no está abandonado. El universo sigue siendo enorme, y quedan tantas cosas por descubrir...

Viajar es una de las drogas más duras. Cuanto más viajas, más piensas en volver a viajar. A donde sea, cualquier sitio en el que nunca hayas estado antes tiene algo que enseñarte, algo esperando a que lo descubras.

Hay una cita que dice que "un viaje es como una nueva vida, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte, que se nos ofrece en el interior de la otra".