viernes, 25 de mayo de 2007

Monos y plátanos

La historia que os cuento la podéis encontrar en internet repetida mil veces. Pero cuanto más se repita, mejor. La autocrítica nunca viene mal.

Estos días me estoy encontrando en el trabajo con situaciones similares, que a ratos me dan bastante coraje. Digo situaciones para así incluirme a mí mismo, por lo de la autocrítica y tal.

En fin, allá va. Que cada uno saque sus propias conclusiones.


Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.

Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.

Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos.

Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo.

Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar.

El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo.

Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso.

El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos.

Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.

Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».



Palabras clave: Mente abierta, innovación, creatividad, contracorriente, coraje, inconformismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El del "especial entusiasmo" eres tu, no? XD

Lamentablemente estas cosas pasan en todos lados, y veo dificil erradicarlas, pero seguiremos intentandolo.

Actualizacion rapida de mi vida: Hoy empiezo la autoescuela (todos a los bunkers!), y si hay suerte empezare mi primer-trabajo-no-de-juguete. Depende de como salga la entrevista. Pienso ser sincero ¿eso da resultado?

Tambien hay por ahi unas practicas en Unicaja (No nombrare la sucursal, que te colaras alli con un saco de centimos Kosovares para que te los cambie.

Abrazos mil!!!

pequeño qvark dijo...

antonio m .:· Jajaja, supongo que sí, que el del especial entusiasmo sería yo :P. Pero intento no serlo

Huy, ¿cómo te fue la entrevista? ¿Fuiste sincero o por el contrario cometiste un error? ;)

Ten en cuenta que si no eres sincero una de dos: O sigues sin ser sincero durante el resto de tu vida laboral en esa empresa, o se te ve el plumero a los quince días y es peor todavía. De todas formas y conociéndote como te conozco estoy seguro de que fuiste sincero. Además, a tí no te hace falta echarle cuento en las entrevistas!

Un abrazo!