viernes, 5 de enero de 2007

crítica y crueldad (I)

Un compañero de trabajo me comentó hace poco que el buen crítico de cine es el que analiza una película, la compara con otras películas extrayendo elementos o puntos de vista comunes u opuestos y, en base a esa comparación, recomienda otras películas que puedan ser interesantes. Me pareció una buena definición para un buen crítico de cine. De cine o de cualquier cosa. En general.

Como siempre, hay de todo. Pero hoy les toca a los críticos destructivos: esa gente que parece querer justificar su sueldo (o ganar fama, si lo hace sin ánimo de lucro) desprestigiando y tirando por tierra el trabajo de los demás. Sin contemplaciones. Con el único fundamento de su opinión personal: tal película es un bodrio infumable (y el que diga lo contrario ya sabe: es igual de bodrio).

En muchos casos parece que criticar duramente un best seller o una película de gran éxito hace quedar al crítico por encima de la obra, y en cierto modo por encima también de todo aquel que la disfrutó. Parece que la forma más fácil de conseguir el éxito profesional es hundiendo a los demás. Y cuanto más alta esté tu víctima, más alto llegarás tú hundiéndola. Desde luego es mucho más fácil llegar al éxito así que superándonos a nosotros mismos, mejorando día a día. No mejor, sólo más fácil.

O tal vez no es eso lo que pretenden. Tal vez es simplemente una cuestión de forma y no de fondo... Hay muchas maneras de decir una misma cosa, dependiendo del respeto que tengamos a quien nos dirigimos. Y no estoy hablando de aparentar. No me refiero a la risa forzada que espera el momento perfecto para dar una puñalada por la espalda. El respeto en muchos casos es interpretado como hipocresía, pero no tienen nada en común: la hipocresía nace de una mentira encubierta, mientras que el respeto nace de un sentimiento profundo de igualdad. Y ahí no hay sitio para la mentira.

Hacer de la crítica destructiva una forma de ganarse la vida me parece bastante triste. Pero está visto que, si es así como se consigue el éxito, es porque hay gente que disfruta viendo como tiran por tierra el trabajo de otros. Realmente hay gente, mucha gente, que disfruta con las desgracias ajenas. Sólo hay que encender la televisión a cualquier hora de la tarde para comprobarlo.

Hoy estoy haciendo amigos :P

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