sábado, 14 de mayo de 2005

sobre el tiempo

Los médicos dicen que es bueno dormir 8 horas al menos. Pero dudo que los mismos médicos tengan tiempo para dormir todos los días 8 horas. Poca gente puede. Durante un día de 24 horas tienes que trabajar 8 horas (quien más, quien menos), dormir 8 horas, gastar unas 3 horas en total en las comidas, otra hora (o dos) en cubrir necesidades muy básicas y en aseo personal... Te sobran 3 horas. Quítales una y media o dos para ir al trabajo y volver, o para desplazamiento en general. Te sobra una hora y media. Puedes gastarla en lo que más te guste hacer. A mí se me queda corto ese tiempo. No es que mi trabajo no me guste, que me gusta (aunque no me apasiona), es que una hora y media para vivir... Pero claro, los mayores no tenemos tiempo para tonterías...

¿Habéis leído Momo, de Michael Ende? Yo lo leí de pequeño y ahora he vuelto a leerlo. Es un libro muy sencillo y profundo a la vez, escrito para niños pero pensado para adultos que todavía tienen un recuerdo vivo de lo que es ser niño. Hay un párrafo que me gustó bastante: el maestro Hora le explica a Momo qué es el Tiempo:

"[...] Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz, oídos para oír los sonidos, tenéis un corazón para percibir, con él, el tiempo. Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo. Pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos que no perciben nada, a pesar de latir."

Hace un par de días vi la película 21 gramos. Es dura y muy interesante, pero me desconcertaba un poco la cantidad de saltos en el tiempo que había. Hacía difícil seguir la película, pero tal vez el director lo quería así para que el final resultase más impactante. A mí no me ha dejado indiferente. Creo que podría resultar interesante para gente que cree en una idea absoluta de lo que es el bien y el mal, o gente para la que la primera impresión es la que queda. Decir que todo es relativo me parece un poco contradictorio, pero la idea se acerca bastante a lo que he sacado de la peli.

Hace una semana que trabajo en un nuevo despacho. Lo comparto con otro compañero de trabajo, pero él está casi todo el tiempo fuera. Así que trabajo casi siempre sólo y en silencio. Antes estaba en la oficina de informática, con mucha más gente. El ambiente era más agradable, pero un poco más distendido. Y eso de la distensión en el trabajo no le mola a la empresa. Al trabajador hay que tenerlo todo el tiempo concentrado al 100% en su trabajo, o de lo contrario no será rentable y supondrá un aumento del coste y por lo tanto pérdida de beneficio blablablablabla... números, números. Aunque el despacho en el que estoy ahora tiene luz natural, aire acondicionado, no tiene humo de tabaco, tengo una planta grande al lado de la mesa, tengo una mesa para mí sólo... aunque las condiciones son mejores, a mi me llenaba más no trabajar solo. Empecé a escribir esto mismo para desahogarme un poco. Después de ver 21 gramos cogí el papel de nuevo y lo volví a leer, pero ahora desde otra perspectiva... Hay que vivir a tope cada momento, no sabemos lo que tenemos hasta que dejamos de tenerlo...

Conviene arreglar cuanto antes ese pequeño problema, esa espinita que tienes clavada con un amigo o amiga, pareja, hermano o hermana, padre o madre, compañero de trabajo, quien sea... Ahora lo ves una tontería que no apetece o no merece la pena arreglar. Piensas que lo podrás arreglar mañana u otro día. Pero no sabes si mañana será demasiado tarde para arreglarlo y tendrás que vivir con esa espinita clavada para siempre... Hacer las paces, a eso le llamo yo aprovechar bien el tiempo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi cambio ha sido a mejor. He dejado la oficina de una fábrica por la de una universidad. Un polígono industrial por un hermoso jardín. De tener que desplazarme en coche al trabajo a ir andando. De media hora para comer a una hora, de salir a las 19 a salir a las 17, de no tener rato para tomar un café a tener 15 minutos para bajar a una cafetería llena de estudiantes y cafetera (gratis) en la oficina. De tener unos compañeros mayores y amargados a tener unas compañeras muy amables.
De pasar frío en invierno y calor en verano a tener la mimsa temperatura todo el año. Ahora mismo no lo cambio por nada.
Lo malo es que ahora no puedo ir a trabajar ni en vaqueros ni con zapatillas.

Anónimo dijo...

Yo también pienso que hacer las paces es la mejor manera de aprovechar el tiempo...nunca debes tragarte una espinita porque es algo que jamas logras tragarte del todo. En cuanto al libro, creo que lo leí hace muchísimo tiempo pero el párrafo que has publicado me ha gustado así que creo que volveré a leerlo de nuevo.
La peli 21 gramos la vi hace poco y también me impactó aunque acabé algo mareada con tanto cambio de escenas.
Solo una última cosa, yo pienso que los cambios al fin y al cabo, son siempre para mejor!
Un beso

Nere dijo...

Dani, precisamente vengo de el lado oscuro y Luis comentaba también un tema referente al tiempo y a cómo se experimenta en diferentes culturas.

Tiene una óptica distinta a tu post, pero es interesante.

Como he escrito allí, suena contradictorio que lo diga yo y lo haga precisamente ahora que no paro de estudiar, pero eso sí estudio pensando que lo hago porque quiero tener la carrera de psicología, y la quiero porque me gusta, y estudiar me hace un poco menos inculta en aquello que me gusta, y aprobar un examen con nota es reforzante para mí... y decirme todo esto durante la horas que dedico a esa tarea de estudiar me hace ser un poquito más feliz en cada una de las páginas que avanzo.

Como decía B. Franklin: "Si en verdad amas la vida, no derroches tu tiempo porque éste es la materia prima de la cual la vida está hecha"

Un beso y ánimo para cada nuevo instante.

Anónimo dijo...

Toc, toc. ¿Se puede?
¿Dónde se ha metido el Pequeño qvark que ya no se deja leer por aquí?
¿El sol de verano le ha hecho tan pequeño que no alcanza a teclear unas palabras que nos permitan saber de su existencia?
Se te hecha de menos, qvark.